Josefa
Fernández Concha
La
vida de Madre Josefa no es sino un mensaje de amor. Llevó siempre en su interior
el fuego de un gran ideal: “Nunca he pensado si una cosa me cuesta o no,
cuando sé que es para la
Gloria de Dios”
Este
ideal, fue el que acompaño toda su vida, la quemó por dentro y la estimuló
constantemente a entregar su vida por la salvación de las almas y la Obra Santa
que extendiendo el bien de la Congregación del Buen Pastor por la América del
Sur y que hasta hoy beneficia a tantos.
Mujer
sencilla, serena, de gran inteligencia y humor, atenta a los signos de los tiempos,
toda de Dios y al mismo tiempo, toda del prójimo. Jesús, el Buen Pastor nos suscitó
esta gran mujer en nuestro camino para ayudarnos a descubrir, con renovada
audacia, la fuerza inicial y lo que tiene de genuino y de evangélico el carisma
del amor misericordioso vivido con toda la fuerza del corazón.
Este
blog nace para testimoniar y dar a conocer su vida con la firme esperanza que
un día no lejano la Iglesia la proclame como ejemplo de vida y santidad.
Poco
a poco iremos transitando por los hechos de su vida, por ahora nos quedamos con
una breve biografía y la invitación a pedir por su intercesión que vivamos y
amenos con los mismos sentimientos de Jesús Buen Pastor; “"Sean
misericordiosos como el Padre de ustedes es misericordioso." Lc 6,36-37
Josefa nació el 15 de Marzo de 1835 en Santiago de Chile , sus padres fueron Pedro Fernández Recio y Rosa de Santiago Concha. Recibió una esmerada educación.
Pepita
se desempeñó como secretaria de su padre, abogado, y como secretaria misionera
de su madre, en los sectores indigentes de Santiago.
De
sus hermanos: Rafael, fue sacerdote y obispo, (escritor de teología
espiritual); su hermana menor, Rosa, tomó en el Buen Pastor, el nombre de María
de la Inmaculada Concepción; su hermana Rosario, fundó el colegio Rosa de
Santiago Concha y pronunció los votos en el Buen Pastor antes de morir.
Don
Pedro, su padre, una vez que enviudó, fue ordenado sacerdote. Su familia es
digna de recordarse: ella, sus hermanos y hermanas dieron su vida y fortunas al
Buen Pastor de Chile.
Santiago de Chile , siglo XIX
Ingresa
a la Comunidad de Nuestra Señora de Caridad del Buen Pastor; fundada en Angers- Francia en 1835 por Santa María Eufrasia Pelletier inspirada en la herencia espiritual de San Juan Eudes. Las primeras hermanas son enviadas por la fundadora a la ciudad de San Felipe en 1855 , empresa en que participo activamente la familia Fernández Conchas así como en la consolidación de la Obra en Chile y Sur América.
Josefa
tiene 27 años , percibe dentro de sí,
una fuerte llamada a servir a Dios en la vida religiosa: luego de un
profundo discernimiento sobre el rumbo que han de tomar, y después de un retiro
espiritual decide , ser religiosa del Buen Pastor en el Monasterio de Rivera, segunda Casa fundada en Santiago en 1862.
Iglesia del Monasterio de Rivera
Josefa
ingresa al noviciado de Santiago en 1862, y en 1863 pronuncia sus Votos
Perpetuos y recibe el nombre de "María de San Agustín". Ese mismo
año, es nombrada superiora interina de la Comunidad.
Hermana
Josefa y Santa María Eufrasia Pelletier
Cuando
la Madre General María de Santa Eufrasia Pelletier, la manda llamar a Angers,
quiere conocerla personalmente y también a su hermana novicia Rosa.
De
este encuentro surgió una amistad profunda. La Madre pidió a la joven superiora
que todo el tiempo que permaneciera en Angers, fuera a conversar con ella,
junto a su lecho de enferma. Ambas se conocieron a fondo, se identificaron en
los mismos anhelos: vivir en Dios y para Dios.
-
Una vez muerta la madre María de Santa Eufrasia Pelletier, la Hermana Josefa,
junto con la Hermana Teresa Letocart, se encargó de introducir su proceso de
beatificación.
También
tradujo del francés al español de La Vida de la Venerable Madre Pelletier, de
Carlos Portais. Fue ayudada por su hermana Inmaculada Concepción, con quien
aprovechaba los largos viajes para hacer traducciones.
Su
dinamismo misionero
En
Chile se produce un gran auge en las vocaciones, como también peticiones, para
fundar nuevas Casas del Buen Pastor, en Chile, Uruguay, Argentina, Brasil y
Paraguay. En todas partes la Hermana Josefa dejaba la impronta de su
iniciativa, de su seguimiento de Jesús Buen Pastor y de su infatigable búsqueda
de recursos y capacidad de entrega.- La Hermana Josefa tiene a su haber 35
fundaciones, todas ellas plenas de heroísmo, e iniciadas muchas veces sin más
capital que la Providencia Divina y la implacable pobreza del barrio que las
esperaba. Se instalaba personalmente en sus comunidades y compartía las carencias
y múltiples incomodidades de los principios.
Josefa
y el Niño Jesús
Entre
la Hermana Josefa y el Niño Dios hubo una linda intimidad. ¿Qué significó este
precioso Niño en su vida? Se dice que la pequeña figura del Niño Dios le
hablaba. Para comprender el verdadero significado es preciso subir más alto y
penetrar el sentido de la frase grabada en la lápida sobre su tumba: "Fue
favorecida con el trato familiar con el Niño Divino". En un delicado y
pequeño maletín, la sonriente imagencita sobrellevaba, alegre y festiva, todos
los viajes. En todo estaba el Niño Divino: participando, orientando.
Paulatinamente fue internándose en esa intimidad coloquial con su Dios, que
ella concretizaba para los demás, en la pequeña y delicada imagen, que llevaba
siempre consigo. Lo que la gente admiraba con verdadero suspenso, era su
disponibilidad, su irrestricta y solícita entrega de servicio.
Su
personalidad
Todas
las personas que conocían a la Hermana Josefa, quedaban subyugadas por su
admirable personalidad, su carácter firme, su celo misionero, y su gran
fortaleza. Sacerdotes, laicos y laicas de diversas situaciones sociales, desde
los más pobres hasta Presidentes de Chile, el Emperador de Brasil, ministros,
obispos, sintieron su cercanía y la presencia de Dios en ella. La veían como
una gran mujer y una gran santa. Fue Provincial y Visitadora de las casas del
cono Sur de Latinoamérica. La obra misional y social impulsada por Hermana
Josefa Fernández Concha en cárceles de mujeres, en hogares para niñas,
sordomudas, jóvenes, adolescentes y adultas y escuelas para niñas de barrios,
fue inmensa.
Josefa
llegó lúcida hasta el final de sus días. Murió el 13 de enero de 1928. Sus resto descansan en la casa de Caballitos - Buenos Aires , Argentina. Se
despidió con una palabra: ¡Perdón! Actualmente, se encuentra en proceso de beatificación.