viernes, 25 de abril de 2014

Hermana Josefa Fernández Concha (María de San Agustín)



Josefa Fernández Concha 


La vida de Madre Josefa no es sino un mensaje de amor. Llevó siempre en su interior el fuego de un gran ideal: “Nunca he pensado si una cosa me cuesta o no, cuando sé que es para la Gloria de Dios”
Este ideal, fue el que acompaño toda su vida, la quemó por dentro y la estimuló constantemente a entregar su vida por la salvación de las almas y la Obra Santa que extendiendo el bien de la Congregación del Buen Pastor por la América del Sur y que hasta hoy beneficia a tantos.

Mujer sencilla, serena, de gran inteligencia y humor, atenta a los signos de los tiempos, toda de Dios y al mismo tiempo, toda del prójimo. Jesús, el Buen Pastor nos suscitó esta gran mujer en nuestro camino para ayudarnos a descubrir, con renovada audacia, la fuerza inicial y lo que tiene de genuino y de evangélico el carisma del amor misericordioso vivido con toda la fuerza del corazón.

Este blog nace para testimoniar y dar a conocer su vida con la firme esperanza que un día no lejano la Iglesia la proclame como ejemplo de vida y santidad.

Poco a poco iremos transitando por los hechos de su vida, por ahora nos quedamos con una breve biografía y la invitación a pedir por su intercesión que vivamos y amenos con los mismos sentimientos de Jesús Buen Pastor; “"Sean misericordiosos como el Padre de ustedes es misericordioso." Lc 6,36-37


Josefa nació el 15 de Marzo de 1835 en Santiago de Chile , sus padres fueron Pedro Fernández Recio y Rosa de Santiago Concha. Recibió una esmerada educación.

Pepita se desempeñó como secretaria de su padre, abogado, y como secretaria misionera de su madre, en los sectores indigentes de Santiago.

De sus hermanos: Rafael, fue sacerdote y obispo, (escritor de teología espiritual); su hermana menor, Rosa, tomó en el Buen Pastor, el nombre de María de la Inmaculada Concepción; su hermana Rosario, fundó el colegio Rosa de Santiago Concha y pronunció los votos en el Buen Pastor antes de morir.




Don Pedro, su padre, una vez que enviudó, fue ordenado sacerdote. Su familia es digna de recordarse: ella, sus hermanos y hermanas dieron su vida y fortunas al Buen Pastor de Chile.


Santiago de Chile , siglo XIX

Ingresa a la Comunidad de Nuestra Señora de Caridad del Buen Pastor; fundada en Angers- Francia en 1835 por Santa María Eufrasia Pelletier  inspirada en la herencia espiritual de San Juan Eudes. Las primeras hermanas son enviadas por la fundadora  a la ciudad de San Felipe en 1855 , empresa en que participo activamente la familia Fernández Conchas así como en la consolidación de la Obra en Chile y Sur América.    



Josefa tiene 27 años , percibe dentro de sí, una fuerte llamada a servir a Dios en la vida religiosa: luego de un profundo discernimiento sobre el rumbo que han de tomar, y después de un retiro espiritual decide , ser religiosa del Buen Pastor en el Monasterio de Rivera, segunda Casa fundada en Santiago en 1862. 


Iglesia del Monasterio de Rivera

Josefa ingresa al noviciado de Santiago en 1862, y en 1863 pronuncia sus Votos Perpetuos y recibe el nombre de "María de San Agustín". Ese mismo año, es nombrada superiora interina de la Comunidad.



Hermana Josefa y  Santa María Eufrasia Pelletier

Cuando la Madre General María de Santa Eufrasia Pelletier, la manda llamar a Angers, quiere conocerla personalmente y también a su hermana novicia Rosa.

De este encuentro surgió una amistad profunda. La Madre pidió a la joven superiora que todo el tiempo que permaneciera en Angers, fuera a conversar con ella, junto a su lecho de enferma. Ambas se conocieron a fondo, se identificaron en los mismos anhelos: vivir en Dios y para Dios.

- Una vez muerta la madre María de Santa Eufrasia Pelletier, la Hermana Josefa, junto con la Hermana Teresa Letocart, se encargó de introducir su proceso de beatificación.

También tradujo del francés al español de La Vida de la Venerable Madre Pelletier, de Carlos Portais. Fue ayudada por su hermana Inmaculada Concepción, con quien aprovechaba los largos viajes para hacer traducciones.

Su dinamismo misionero

En Chile se produce un gran auge en las vocaciones, como también peticiones, para fundar nuevas Casas del Buen Pastor, en Chile, Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay. En todas partes la Hermana Josefa dejaba la impronta de su iniciativa, de su seguimiento de Jesús Buen Pastor y de su infatigable búsqueda de recursos y capacidad de entrega.- La Hermana Josefa tiene a su haber 35 fundaciones, todas ellas plenas de heroísmo, e iniciadas muchas veces sin más capital que la Providencia Divina y la implacable pobreza del barrio que las esperaba. Se instalaba personalmente en sus comunidades y compartía las carencias y múltiples incomodidades de los principios.




Josefa y el Niño Jesús

Entre la Hermana Josefa y el Niño Dios hubo una linda intimidad. ¿Qué significó este precioso Niño en su vida? Se dice que la pequeña figura del Niño Dios le hablaba. Para comprender el verdadero significado es preciso subir más alto y penetrar el sentido de la frase grabada en la lápida sobre su tumba: "Fue favorecida con el trato familiar con el Niño Divino". En un delicado y pequeño maletín, la sonriente imagencita sobrellevaba, alegre y festiva, todos los viajes. En todo estaba el Niño Divino: participando, orientando. Paulatinamente fue internándose en esa intimidad coloquial con su Dios, que ella concretizaba para los demás, en la pequeña y delicada imagen, que llevaba siempre consigo. Lo que la gente admiraba con verdadero suspenso, era su disponibilidad, su irrestricta y solícita entrega de servicio.


Su personalidad

Todas las personas que conocían a la Hermana Josefa, quedaban subyugadas por su admirable personalidad, su carácter firme, su celo misionero, y su gran fortaleza. Sacerdotes, laicos y laicas de diversas situaciones sociales, desde los más pobres hasta Presidentes de Chile, el Emperador de Brasil, ministros, obispos, sintieron su cercanía y la presencia de Dios en ella. La veían como una gran mujer y una gran santa. Fue Provincial y Visitadora de las casas del cono Sur de Latinoamérica. La obra misional y social impulsada por Hermana Josefa Fernández Concha en cárceles de mujeres, en hogares para niñas, sordomudas, jóvenes, adolescentes y adultas y escuelas para niñas de barrios, fue inmensa.

Josefa llegó lúcida hasta el final de sus días. Murió el 13 de enero de 1928. Sus resto descansan en la casa de Caballitos - Buenos Aires , Argentina. Se despidió con una palabra: ¡Perdón! Actualmente, se encuentra en proceso de beatificación.